lunes, 28 de febrero de 2011

Return of le Blog


De verdad que esto de tener un blog y quererlo dar a conocer es difícil, no solo eso mantenerlo activo a veces de verdad que no encuentro el tiempo necesario para de verdad darle el contenido y la producción que merece. Bueno no escribo post a diario como es obvio y como debería solo escribo cuando necesito descargarme o sencillamente me inspiro espontáneamente con cualquier evento por muy random que sea. Hoy el post es sobre una discusión que tuve en clases, donde me sentí agredido a nivel muy personal cuando hice le comentario que la generación, mi generación es la generación del cambio. Oí una risa y unos cuantos suspiros que sugerían que iba a terminar en la corrupción o que sencillamente todo iba a ser siempre lo mismo, me molesto, me molesto por la falta de ética que tienen algunas personas, son ellos los que contribuyen a continuar esta cadena de malas gestiones de gobierno entre otras cosas aquí en Venezuela y son los primeros que critican lo que quiero llegar a ser.
Estábamos hablando del Estado, el cual tiene entre sus funciones ser el motor que genere bien estar social en sus ciudadanos, muchos dijeron que no era así que era un idealismo, que la realidad no era esa que estábamos hundidos en el favorecimiento continuo de las personas en el poder, yo y mis otros compañeros dijimos no eso es lo que el estado debe ser, eso es a lo que debemos apuntar, a eso es que debemos querer llegar. El estado debe ser el principal promotor del bien estar social, salieron comentarios como “cualquiera puede ser político” allí fue cuando pensé he ahí el problema, he ahí la raíz no de todos pero si de gran cantidad de nuestros problemas , no cualquiera debería poder ocupar un cargo de planificación en los estados, para eso ahí que estar preparado adquirir gran cantidad de conocimientos que nos ayuden a garantizar el funcionamiento adecuado de sus instituciones, el pensamiento, la mentalidad de que cualquiera puede gobernar es lo que causa que haya tanta gente poco capacitada ocupando cargos públicos, yo si quiero ser cambio , yo si quiero ser la generación que fomente bienestar social , yo si seré lo que el país necesita, no digo que vaya a ser el próximo presidente, digo que yo seré en el cargo que desempeñe lo  mejor que pueda ser. Para terminar este post planteare la siguiente idea para que ilustre mi punto, ¿ Como pido cambio si yo mismo no estoy dispuesto a cambiar?.

Me disculpan que me quiera auto promocionar pero los que lean mi blog síganme en twitter si quieren saber un poco más de lo que pienso de algunas cosas y mis consideraciones, ah y por supuesto sus opiniones.. @German_Salazar

miércoles, 2 de febrero de 2011

Opacados por la Historia



En el prólogo del libro de Ana Teresa Torres, nos encontramos la situación planteada, la respuesta a nuestras incógnitas existenciales, como venezolanos, somos hijos todos, tapados por la sombra de un hombre épico, opacados por la historia , el “padre” de nuestra patria, y en el que a lo largo de la historia nos hemos visto en necesidad de rendirle pleitesía  y subordinación a sus ideales. Ciertamente el culto increíble que le tenemos a los héroes forjadores de nuestra patria nos limita y nos coloca una marca que cada vez que nos acercamos mas a ella esta crece.
Nunca hemos pensado en nuestros héroes como humanos, es inconcebible, el pensar que Simón Bolívar alguna vez se sintió fatigado, es imposible, que Francisco de Miranda , alguna vez dudara de alcanzar la emancipación de España, hablar de cansancio, dudas, fatiga y miedo en nuestros “forjadores de la patria” es decir mentiras, es blasfemar y es ir en contra de los principios que dieron nacimiento a la Republica Bolivariana de Venezuela. Nosotros mismos alimentamos la leyenda, el mito de esos seres inmortales que nunca podremos alcanzar, nosotros mismos opacamos los logros de los demás venezolanos indirectamente, y nosotros mismos colocamos el peso histórico de nuestra nación en nuestros hombros y somos incapaces de reconocer que eso nos hace mal.
Ana Teresa Torres tiene razón los héroes si están sueltos, están en nuestras calles, en nuestros medios y más vivos que nunca , esclavizando el pensamiento venezolano , ordenándole que se les dé eterno culto y consideración , y recordándonos que nunca llegaremos a la marca, nunca pasaremos la barra; lo peor del caso , es que nosotros mismos a través de los años de generación en generación , hemos inculcado el culto y la idolatría a aquellos valientes pero no perfectos hombres que como muchos tantos dieron sus vidas para que hoy seamos una nación independiente y soberana, hemos nosotros mismos creado acepciones míticas y épicas a los nombres como Simón Bolívar, y hemos dejado a un lado  el resto.
En relación a lo leído en este prologo, no puedo evitar recordar la conferencia de Gérard Bouchard , sobre imaginarios colectivos y aquella epica pregunta que hasta hoy no entendí y ahora comprendo, ahora estoy en capacidad de responderla, la pregunta fue ¿Qué nos hace Venezolanos?, yo respondería hoy y luego de leer el prologo de este interesante libro, que lo que nos hace venezolanos, es nuestro culto e idolatría permanente a nuestros antepasados, donde este culto pasa de ser un simple recuerdo de aquellos que tanto dieron por nosotros , a ser una ética, un filosofía de vida y una manera de gobernar , invocando sus nombres y sus espíritus.
He ahí lo que nos caracteriza, la historia le gana al presente, nos condiciona nuestro futuro y todo lo que alguna vez logremos, siempre serán medido por lo que lograron nuestros héroes en el pasado, limitándonos inconscientemente a nosotros mismos a alcanzar no solo con individuos sino como nación nuestro potencial. Nuestros héroes están allí para que aprendamos de ellos, para conocer de dónde venimos y tratar de saber a dónde vamos, no para que llenemos sus zapatos , ni para que los imitemos, la patria no pide héroes, la patria tiene héroes se sobra, la patria no pide guerra, ya suficiente guerras tuvo, la patria pide paz y progreso, no encabezados por héroes de campañas épicas, sino por el ciudadano común, cuando nosotros eliminemos ese complejo de inferioridad que tenemos en relación a nuestros héroes, solo en ese entonces podremos hablar de un cambio, solo en ese entonces podemos hablar de progreso y de libertad.